El Perfil
Ángel Arturo Cisneros Paniagua I Parte
La semilla del cambio
Ángel Arturo nació en Sayula el 8 de septiembre de 1983. Estudió Ingeniería Agrónoma en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (Saltillo, Coahuila). Asimismo, se especializó en la Universidad de Colima obteniendo un posgrado en Ciencias del Ambiente, Gestión y Sustentabilidad.
Su vida y su entorno siempre fueron muy cercanos a la naturaleza y en especial a la agricultura. De abuelos campesinos y padre Agrónomo y agricultor, proviene de una familia que tiene cerca de 20 años dedicada al viverismo (producción y venta de plantas de todo tipo).
A mediados de su carrera universitaria, las circunstancias se fueron dando para que se involucrara más en el activismo ambientalista. Fue representante de la universidad varias veces en congresos y asociaciones de jóvenes, por parte del instituto coahuilense de la juventud. En un congreso de ellos conoció a los miembros de Geo Juvenil que le inspiraron para crear un Grupo Juvenil Ecologista, junto con sus hermanos y algunos amigos a los que considera como hermanos.
El nombre del grupo es paChamaMa que significa Madre Tierra en la lengua originaria de los pueblos andinos. Estos pueblos adoraban a la Tierra como la madre dadora de vida y de todo. La población de Sayula recordará el activismo del grupo desde 2007 hasta 2009.
Entre las actividades realizadas en paChamMa, se encontraban las de fomentar el reciclaje de plásticos, vidrio, cartón y pilas o baterías. Impulsaron los bazares comunitarios. Propiciaron el rescate de las tradiciones, tales como la fiesta del día de muertos. Organización de festivales conmemorativos para festejar fechas importantes en el calendario ambiental. Pero lo más importante y de lo que se siente orgulloso, es que la mayoría de jóvenes que participaron en ese noble y enriquecedor proyecto, fueron semillas de cambio. Semillas que hoy en día han germinado y buscan producir sus propios frutos. Los participantes de Pachamama Sayula quedaron marcados sin duda por las experiencias y conocimientos adquiridos en las actividades y vivencias del grupo, y ahora son líderes emprendedores de sus propios proyectos, que a donde quiera que van se convierten en agentes de cambio hacia una sociedad mejor.- Con eso me quedo, dice satisfecho.
Debido a que tenía que trabajar y que gracias a lo aprendido en el grupo paChamaMa, su intención era encontrar un trabajo acorde a sus ideales de cuidado del medio ambiente, encontró una oferta por parte de una empresa productora de plátanos orgánicos en Colima, por lo que se vio obligado a dejar el grupo y hacer nuevos caminos ahora en agricultura orgánica.
En esa empresa lleva poco más de cinco años y sigue aprendiendo. Se dedica a la certificación de las huertas orgánicas, y a raíz de su experiencia ha encontrado trabajos extras en la certificación y asesorías de otros cultivos de producción ecológica.
Actualmente es promotor de la Agroecología a pequeña y mediana escala, tanto rural como urbana. También está realizando un curso en Agricultura Urbana y Periurbana como Herramienta para la Seguridad Alimentaria y la lucha contra el hambre a nivel municipal, dictado por el Núcleo de Capacitación en Políticas Públicas de FAO-RLC de las naciones unidas.
Maneja , por un lado, con su madre la Señora Silvia Paniagua Mares y a quien tal y como expresa, ama mucho y se siente muy orgulloso y por el otro lado, con dos amas de casa más, del Barrio de San Miguel, un Centro Demostrativo y de Capacitación de Producción de Alimentos “Libres” llamado “El Huertito” en el cual se producen hortalizas como acelgas, brócolis, betabel, coliflores, coles, cilantro, apio, repollo, cebollas, jitomates, tomates, chiles, etc., y otras plantas medicinales y aromáticas. Se produce humus de lombriz roja californiana. Crianza de gallinas de corral, las cuales pronto darán huevos libres de hormonas y químicos.
En este proyecto una vez terminado se impartirán cursos y talleres de agricultura urbana y producción de alimentos libres (libres de CO2, de especulación de precios, de transgénicos, de agroquímicos y explotación infantil). Así como recorridos demostrativos para niños y niñas de los preescolares, escuelas y secundarias del municipio de Sayula. Los productos de “El Huertito” son para el autoconsumo y los excedentes son para comercializar y cada miembro del proyecto obtenga ingresos extras. Por su parte vende un poco de las hortalizas excedentes en un puesto de plátanos orgánicos (de colima) que tiene en el tianguis tradicional municipal de Sayula, y que se pone en la colonia centro todos los sábados de 7 am a 4 pm. De este proyecto tienen página en Facebook, “El Huertito – Agroecología Urbana” y cuenta en Twitter “@el_huertito” donde comparten y promueven la agricultura urbana, el cuidado del medio ambiente y muchos temas sociales y ambientales de todos los niveles.
Por su trabajo vive con su pequeña familia, de lunes a viernes en Colima. Donde también tiene la dicha de pertenecer a una Asociación Civil llamada El Planeta Siente, con la cual desarrollan varios proyectos ambientales y de agricultura urbana en centros educativos y sociales en colonias marginadas de la ciudad.
Los viernes llegan casi corriendo a Sayula para participar en las rodadas nocturnas del Colectivo Ruta Sayula, del cual también es organizador y promotor junto con otros dos amigos que estuvieron en paChamaMa que son Francisco Javier Lugo Bautista y Misraim Israel Figueroa García, al que también este medio le dedicó el perfil hace una tres de semanas. Estos bicipaseos han tenido una excelente respuesta y este viernes se cumple un mes de la iniciativa que reúne a sayulenses para salir a pedalear por las calles del municipio. Las reuniones son cada viernes a las 8:15 en el jardín principal a un costado del quiosco, nos acompañan personas de todas las edades. Es libre, no hay distinción, ni cuotas. Tienen un grupo en facebook que se llama bicipaseos nocturnos de Sayula, se pueden unir al grupo y recibir más información del mismo y de las rutas programadas a corto y medio plazo.
Junto con Misraim Israel Figueroa García uno de sus mejores amigos y también hermano tal y como le considera, están gestando varios proyectos, uno de ellos es una pequeña fábrica de máquinas que funcionen con pedales (bicimáquinas). El domingo pasado se terminó la primer bici licuadora de la fábrica.
Por otro lado, Misraim tiene en proyecto la generación de biodiesel en Sayula con una bicimáquina, a partir de aceite vegetal casero recolectado por él mismo y sería muy importante que la gente le ayudara recolectando ese aceite para que en lugar de contaminar, sirva y tenga un segundo beneficio. Esta misma microempresa la tienen proyectada como socios en Colima.
Con respecto a la soberanía alimentaria, energética y la sostenibilidad, plantea que solo se darán a través de un cambio en la forma de educar a nuestros hijos e hijas. Para mucha gente puede parecer una utopía, para ello hace referencia a las palabras del maestro Carlos Taibo “Lo utópico es creer que es viable vivir cada vez con más y más en un planeta finito”.
Desde su punto de vista, “la sociedad logrará ser soberana y sustentable en el momento en que las personas que la conforman, entiendan que se debe hacer un cambio de raíz a nuestro putrefacto estilo de vida autodestructivo. Se debe ir poco a poco (una transición) hacia una menor dependencia hacia lo externo, se debe hacer todo lo contrario a lo que dicta la globalización capitalista. Producir alimentos para no solo alimentar, sino también para nutrir a nuestra gente. Ir recuperando terreno y tradiciones, nuestros valores y la ética como sociedad. La soberanía se alcanza cuando dejamos de quejarnos del sistema y buscamos las alternativas a ese sistema: Si no las hay, las creamos. No podemos ser soberanos alimenticiamente hablando si no conocemos si quiera que signifique soberanía, ya ni hablar si dependemos totalmente de un sistema. Debemos de fortalecer la economía local, y eso no se logra yendo a Soriana o Walmart, eso se logra comprando a los productores locales si es posible en sus huertas o a través de los tianguis. Conocer de dónde vienen los productos que compramos y/o que consumimos, saber las historias que hay detrás de cada producto. Fomentar un comercio justo, que respete y les dé su lugar a los productores que hacen un sacrificio extra para evitar aplicar venenos en los cultivos. Fomentar las energías renovables en nuestro municipio, para por lo menos comenzar a depender menos de la CFE, (¿utópico?, ya les dije que es utópico), cuidar nuestro recurso agua. Nos han dicho tantas veces que el agua es vida que ya no nos hace ningún efecto, pero es el recurso primordial. Sustituir los alimentos chatarras por productos producidos en los huertos escolares, sustituir las botanas por frutas deshidratadas, etcétera. Alimentar bien a nuestros hijos e hijas. Sacar de una vez por todas a esos refrescos cancerígenos de las escuelas. La semana pasada un informe daba a conocer que México somos el primer país mundial en obesidad en todas las edades, y eso se debe principalmente a los refrescos y disque yogures y disque jugos que nos venden en las tiendas. Cada refresco de 600 mililitros contiene doce cucharadas de azúcar. Estamos enfermando y matando a nuestros hijos sin darnos cuenta.”
Y añade
“Las multinacionales nos van ganando terreno, en lugar de ganar, vamos perdiendo soberanía. Los campesinos que antes sembraban sus parcelas con maíces criollos ahora las ponen en venta o en renta al mejor postor. Las especulaciones de los coyotes y acaparadores de granos destrozan la yugular de los campesinos, que de por sí estaban ya jodidos con tantas deudas que se ganan por andar bailando con los bancos.”
Concluye diciendo que “la situación está muy difícil, y no será sencillo. Debemos de recuperar la dignidad como pueblos que somos y actuar como tales. Se necesita solidarizarnos con los productores locales y que ellos se solidaricen con nosotros, que volteen a ver el mercado local y no solo las exportaciones.”